Situada en la pintoresca localidad de Mirepoix, en el suroeste de Francia, la Foire à la Brocante de Mirepoix es una extravagancia de tres días que tiene lugar sólo una vez al año, durante el fin de semana de Pentecostés. El mercadillo de Mirepoix se celebró por primera vez en 1978 y ha ido ganando popularidad año tras año. En la actualidad es un auténtico acontecimiento comunitario, en el que gran parte del pueblo participa de un modo u otro y más de 200 vendedores traen sus mercancías para venderlas. La mayoría de los habitantes de los alrededores acuden al menos uno de los días, si no la mayor parte del fin de semana largo, y también acuden visitantes de lugares mucho más lejanos.
Algunos de los vendedores de la Feria de la Brocante de Mirepoix son habituales desde hace muchos años. Por tanto, son las personas perfectas para entablar conversación con cualquiera que desee conocer un poco de la historia de la zona, o del mercado en concreto. Todo el mundo está encantado de charlar y el mercado sirve de excusa para que todo el pueblo se ponga al día y busque gangas.
Muchos de los comerciantes que acuden a la Foire à la Brocante de Mirepoix son grandes conocedores de las antigüedades y de los productos que ponen a la venta. Por ello, esta feria es un lugar ideal para que los aficionados a las antigüedades conozcan a personas con ideas afines. El mercadillo de Mirepoix también tiene mucho que ofrecer a un amplio abanico de gustos. Entre los anticuarios hay muebles, relojes, cámaras fotográficas, ropa de época, joyas, colecciones de sellos, objetos ornamentales, juguetes, cuadros y pinturas, y mucho más; sin duda, una gran oferta para los coleccionistas.
La Feria de la Brocante de Mirepoix también está salpicada de puestos de artesanía local y artículos únicos hechos a mano, así como de alimentos frescos, la mayoría de ellos de producción local. Realmente hay algo para todos los gustos, y nadie que asista podrá marcharse con las manos vacías.
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