El Feinkost Flohmarkt de la Südvorstadt de Leipzig es uno de esos mercadillos en los que comprar es algo más que ir de compras. Aparte de todas las necesidades de la vida diaria, aquí lo importante es disfrutar. Quien quiera pasar una tarde de sábado estirando las piernas en la calle "Karli" (abreviatura de Karl-Liebknecht-Straße) o quien tenga ganas de una agradable charla con los anticuarios se encontrará aquí sin la menor presión de tiempo.
El mercadillo se celebra en las instalaciones de una antigua fábrica de cerveza que fue sustituida por una empresa alimentaria y conservera en la década de 1920. El único vestigio de esta época es el letrero de neón de VEB Feinkost Leipzig, conocido popularmente como Löffelfamilie, que aún adorna la fachada del recinto de Feinkost y fue declarado monumento cultural en 1993.
Más allá de su finalidad comercial, el Trödelmarkt im Feinkost-Hof es sobre todo un escenario para un ajetreo relajado y colorista. Entre carritos de bebé y floreros, los visitantes pueden escuchar pequeñas conversaciones o debates políticos, picar tortitas de patata e intercambiar las últimas noticias con otros entusiastas de los mercadillos.
Lejos de los nuevos productos fabricados en serie y de los centros comerciales de las grandes ciudades, en el mercadillo de Feinkost se pueden encontrar verdaderos tesoros. Ya sea un viejo reloj de bolsillo que quiere volver a poner en marcha, un coche eléctrico teledirigido para su sobrino pequeño, o todo tipo de artículos, desde kitsch y vintage hasta juguetes, decoración del hogar y joyas de segunda mano. Aunque no tenga ganas de comprar, siempre merece la pena darse una vuelta por el mercadillo.
La treintena de puestos diferentes están cubiertos y abiertos llueva o haga sol. En los días más fríos, los visitantes siempre pueden refugiarse en alguna de las tiendas y restaurantes vecinos del recinto del Feinkost. El Kunst- und Gewerbeverein Feinkost eG, responsable del mercadillo de Feinkost, ha trabajado duro para contrarrestar la desocupación del recinto. Esto se ha conseguido mediante la reorganización parcial del recinto en tiendas y espacios de co-working, y la organización de proyectos artísticos como un cine/teatro de verano.
El legado de su antiguo uso como fábrica y su arquitectura siguen inspirando a una nueva generación de jóvenes artistas, comerciantes y artesanos. Una mirada más atenta al patio revela refinados detalles de diseño que hacen de la charcutería un entorno vibrante donde siempre hay algo nuevo que descubrir.
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