La Provenza es uno de los destinos de sol más destacados del país y una región rica en el tipo de ambiente por el que es famoso el Sur de Francia: paisajes vírgenes de ondulantes viñedos, ritmo de vida mediterráneo más pausado y encantadores mercadillos. De Pézenas a Carpentras, pasando por Arles y Villeleuve-lès-Avignon, la Provenza cuenta con una larga tradición de mercadillos de antigüedades.
Para los amantes de las antigüedades y de la emoción de los tesoros aún por descubrir que se esconden en un mercadillo, el de Uzès merece sin duda una visita. La reputación de este mercado de antigüedades y de sus 200 vendedores está creciendo rápidamente, y la zona de Uzès se está convirtiendo en un punto de referencia para los cazadores de antigüedades.
Abierto una vez al año en julio, llueva o haga sol, el Rastro de Uzès es el destino perfecto para los amantes de los mercadillos y de la búsqueda de gangas y objetos de colección.
Al igual que otros mercadillos de Francia, el de Uzès ofrece una amplia gama de antigüedades y objetos de segunda mano, lo que hace que sea un placer pasear por él. Desde utensilios de cocina de colección y baratijas vintage, hasta grandes muebles, lámparas, bolsos de época, vestidos de encaje, cuadros, cómics antiguos, ropa blanca y muchos otros objetos domésticos y curiosidades, el Rastro de Uzès es un placer para rebuscar. ¿La guinda del pastel? Este rastro destaca entre la multitud por sus excelentes precios: los precios de partida ya son bastante baratos, y a los tenderos les encanta regatear, por lo que suele ser posible conseguir más rebajas en artículos codiciados.
El mercadillo anual de Uzès tiene un ambiente muy informal y cómodo. La mayoría de los vendedores colocan sus mercancías sobre mantas en el suelo de la plaza, o utilizan pequeñas mesas y sillas para montar una exposición improvisada. Los compradores nunca son molestados ni se les presiona para que vendan, lo que hace que tanto comprar como mirar escaparates resulte igualmente agradable.
El Rastro de Uzès está rodeado de cafeterías, por lo que siempre se puede tomar algo. Merece la pena visitar este encantador mercadillo anual a la sombra de los plátanos.
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