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Para aquellos a los que les gusta ir a un edificio para satisfacer todas sus necesidades de compras, haga el tiempo que haga, el Portland Flea-For-All es sin duda el lugar al que acudir. Con tres plantas llenas de artículos de segunda mano y una gran cantidad de antigüedades y objetos de colección, Portland Flea-For-All es un complejo del que es difícil salir con las manos vacías.
Portland Flea-For-All no es el mejor lugar para ir con un artículo muy específico en mente que se desea. No hay muchos puestos o vendedores muy especializados o que comercien con una gama reducida de artículos de colección. Sin embargo, los vendedores son increíblemente amables, y es fácil pasar tanto tiempo charlando como comprando en esta megatienda. De hecho, la receta secreta para divertirse cuando se visita Portland Flea-For-All, es presentarse con la mente abierta, algo de dinero en la cartera y unas cuantas horas para curiosear y buscar cualquier cosa que llame la atención.
Con esta actitud, sin duda es fácil pasar un buen rato en Portland Flea-For-All. En un día normal, los puestos del mercadillo se llenan de carteles viejos, sillas antiguas, parafernalia militar, mapas de pared vintage, muebles (muchos de los cuales han sido reciclados), joyas, ropa, fotografías y bolsos vintage. No es de extrañar que sea fácil perderse en la nostalgia mientras se recorren las plantas de esta tienda.
Los precios en Portland Flea-For-All tienden a ser un poco elevados, sobre todo en comparación con otros mercadillos de la zona, aunque para todos los artículos se acepta el regateo. Por lo tanto, a menudo es posible negociar precios razonables y alguna que otra ganga, así que los compradores deben estar dispuestos a esforzarse.
En los mercadillos, el regateo suele ser lo que hace que la experiencia de compra merezca más la pena, y está claro que todo el mundo está dispuesto a pasárselo bien en el Portland Flea-For-All. Merece la pena visitarlo en cualquier época del año.
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