Región
Como ciudad construida sobre el comercio, a los amsterdameses les encanta regatear, y no hay mejor lugar para hacerse con una ganga que el vrijmarkt ("mercado libre") que se celebra anualmente en toda la ciudad el Día del Rey y reúne hasta 3.500 expositores. El Koninginnedag es el único día del año en que el Gobierno holandés permite vender en la calle sin permiso y sin pagar el impuesto sobre el valor añadido. Con semejante incentivo, todo el mundo se vuelca para vender sus artículos de segunda mano en las calles y parques de Ámsterdam, creando uno de los mercadillos más grandes del mundo.
Cualquiera es libre de participar en el mercadillo, y el abanico de gangas que esperan a ser arrebatadas abarca desde prácticos artilugios y objetos vintage chic hasta objetos más bien inútiles y francamente estrafalarios. Se trata de una cita ineludible del Día de Reyes, que gusta tanto a los cazadores de gangas como a los compradores "de escaparate". Y no sólo se ofrecen artículos de segunda mano, también hay puestos de comida que alimentan el frenesí de los entusiastas de los mercadillos y de los turistas que buscan gangas.
Varios distritos y calles concretas de la ciudad son conocidos por ser puntos calientes de determinados artículos de segunda mano. Una de las zonas más populares del mercadillo Vrijmarkt de Ámsterdam es el barrio de Jordaan, pero la amplia Apollolaan, frente al hotel Hilton, en el sur de la ciudad, es cada vez más popular. En el Vondelpark, también en el sur de Ámsterdam, los niños venden sus juguetes o prendas desechadas y, con ánimo de diversión, los transeúntes suelen ofrecer a los jóvenes vendedores más de lo que piden por la mercancía.
Hasta 1996, el mercadillo vrijmarkt comenzaba la víspera y duraba 24 horas. Se puso fin a esta costumbre con la esperanza de conseguir una pausa en las celebraciones para poder realizar los preparativos de las actividades diurnas. Utrecht, único entre los municipios holandeses, mantiene el vrijmarkt nocturno.
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