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Olde Good Things empezó como vendedor habitual en mercadillos y ahora es uno de los mayores anticuarios arquitectónicos de Estados Unidos. Los propietarios solían rebuscar en la basura para encontrar y restaurar tesoros, y ahora tienen fama de recuperadores de antigüedades y retiran mobiliario valioso de edificios antes de su demolición.
El ambiente y el montaje interior de las tiendas Olde Good Things (hay tres en Nueva York, una en Los Ángeles y un enorme almacén en Scranton, Pensilvania) es como entrar en un museo. Los precios también reflejan la alta calidad de las piezas y la mano de obra especializada que se emplea en su restauración y mantenimiento. Por lo tanto, Olde Good Things no es el mejor lugar para hacer una visita improvisada o una compra impulsiva; lo más probable es que se trate de ahorrar para comprar un artículo deseado o darse un capricho con una pieza muy querida. En cualquier caso, todas las tiendas Olde Good Things son increíbles, independientemente de la experiencia que se tenga en antigüedades y mobiliario.
Todo lo que se pueda necesitar para amueblar o decorar un hogar se puede encontrar en el inventario de Olde Good Things. El personal de todas las tiendas se apresura a ofrecer ayuda, consejos y más información sobre los artículos, y también está dispuesto a negociar algunos de los precios.
Para que la experiencia de compra sea aún más agradable, Olde Good Things es también una empresa sin ánimo de lucro. El 50% de sus beneficios se destina a financiar misiones en Haití, por lo que los clientes obtienen la doble ventaja de adquirir artículos de calidad y, de paso, apoyar una iniciativa benéfica. Lo mejor de las compras sin remordimientos.
Paul Bosco
9th septiembre 2020 en 20:22This store closed because the building was sold. They still have several other locations, in NYC and elsewhere. Great store(s).