Una vez a la semana, antes de que salga el sol sobre las palmeras de plástico del aparcamiento Industriezeile de Linz, cientos de comerciantes y vendedores se reúnen para hacer una cosa a la que son verdaderamente aficionados: regatear. Y no es un misterio por qué el Megaflohmarkt Interspar Linz es el mayor mercadillo de la Alta Austria, con más de 400 puestos cada semana.
Miles de visitantes recorren las filas de expositores desde las 02:30 hasta las 13:00 horas, buscando joyas ocultas, encontrando un poco de todo, comprando útiles electrodomésticos o simplemente pasando una entretenida mañana. Desde piezas de coches nuevos y antiguos, ropa de segunda mano y otras chucherías, hasta cuadros, vajillas, baratijas, muebles tradicionales austriacos pintados en madera, armas del siglo XIX, militaria y otros objetos de colección, el Megaflohmarkt Interspar Linz es un auténtico paraíso para los cazadores de gangas. Y no es raro encontrar allí antigüedades de gran calidad, que más tarde se subastarán en el Dorotheum de Viena.
Los visitantes y los expositores vienen de todo el país, incluso de Alemania y la República Checa, en parte en autobuses. Al amanecer, el mercadillo ya está en pleno apogeo: Los profesionales del rastro llegan ya a las 4 de la mañana, apagan el coche y pasean a la luz de las tiendas entre los demás expositores antes de montar su propio puesto. Alrededor del 40% son clientes que vuelven, el resto son expositores de oportunidad que limpian su sótano o desván, venden colecciones o simplemente quieren deshacerse de objetos innecesarios.
Junto con el "mercadillo Interspar", que se celebra simultáneamente al otro lado de la calle, es el "mercadillo bajo las palmeras", probablemente el mayor mercadillo dominical de Austria (junto con el mercadillo vienés am Naschmarkt).
La infraestructura del mercadillo bajo las palmeras es ejemplar. Aparcamiento gratuito en el parque Cineplexx (en caso de mal tiempo, el mercadillo tiene lugar en el aparcamiento en su lugar), seis empleados in situ, aseos limpios, y desde las 3 de la mañana hay bocadillos calientes, café y otras bebidas para ayudar a coger fuerzas y combatir el frío en invierno.
Público y vendedores son tan variopintos como la vida misma. A ambos lados de los mercadillos se encuentran expositores y clientes de todas las edades y niveles de renta, desde empleados de tiendas a altos funcionarios, desde niños a jubilados. Los precios oscilan entre los 20 céntimos por juguetes, ropa, libros y bolsos, y los 300 euros o más por antigüedades exclusivas o animales taxidermiados.
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