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Hace años, un setter irlandés llamado Finnegan vagaba por el extremo oeste de Hudson, Quebec, antes de que las correas fueran ley. Este perro revoltoso pero carismático era el dueño del barrio y da nombre al popular mercado Finnegans Market. El primer sábado de mayo es el reencuentro de vendedores, visitantes y lugareños.
Es un rito para cualquiera que visite Hudson ir a Finnegans, el punto de encuentro no oficial de la ciudad, donde socializar y comprar es de rigor. Su proximidad a Montreal (a sólo 50 kilómetros al oeste de la ciudad) y su entorno campestre repleto de mesas de picnic, estanque, vistas al Lago de las Dos Montañas y seis acres dedicados a los vendedores, atraen a grandes multitudes. Antigüedades, objetos de colección, comestibles, objetos hechos a mano y muebles esperan a ser descubiertos.
Barbara Aird y su difunto marido, David, fundaron Finnegan's Market en 1972 como un divertido experimento y una oportunidad para limpiar nuestro granero. Barbara es una coleccionista de pino de Quebec de toda la vida y todavía vende antigüedades en su granero. Tres generaciones de Airds dirigen ahora la feria, agradeciendo a la comunidad local su apoyo con puestos donados a causas benéficas, especialmente las orientadas a los perros.
Entre el centenar de vendedores, muchos son veteranos, como Ron Trudeau, con 29 años de experiencia. Durante el día es cocinero, pero los fines de semana los preciosos espejos de pino que vende, fabricados a partir de viejos marcos de ventana, aún no han pasado de moda. El espacio de antigüedades de pared a pared de Jack Eccless bien podría ser una acumulación de sus 26 años de experiencia en Finnegans, junto al propietario de la tienda de antigüedades Michel Gendron. Les Cloake fabrica magníficos muebles de ramita.
Además, ¡en Finnegan's Market hay comida por todas partes! Wawel, una famosa panadería polaca, vende productos de panadería y delicatessen; Worke Bogale ofrece comida etíope; Tutti Frutti tiene biscotti y strudel y hay mucho más. Pero la historia más dulce es la de los McCaig, con su premiada miel, campeona durante 10 años en la Real Feria de Invierno de Toronto.
Al pasear por los puestos del Finnegan's Market, difícilmente podrá resistirse al impulso de comprar todo lo que su corazón desee. Pero recuerde: El tiempo se detiene en Finnegans, porque todo consiste en conocer y saludar, y mirar debajo de las mesas puede ser el modo de hacerse con un auténtico tesoro.
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