Quienes vivan en Lille y sean aficionados a las antigüedades probablemente conozcan Antiquités Le Village. Este centro comercial de antigüedades, considerado un paraíso para coleccionistas y buscadores de gangas, merece una visita si se encuentra en el norte de Francia o Bélgica. Con unos 30 comerciantes independientes instalados bajo un mismo techo, la oferta es muy variada. Con una superficie de 3.000 metros cuadrados, este anticuario nunca está abarrotado y siempre es un placer pasear por él.
Antiquités Le Village ofrece artículos de todos los estilos, desde los más modernos hasta los más curiosos. Cada vendedor tiene sus propias preferencias, y la zona de exposición está organizada de tal manera que es fácil distinguir dónde termina la mercancía de un vendedor y dónde empieza la de otro. Es una tienda muy agradable y acogedora, con un ambiente mucho más parecido al de un mercadillo que al de una tienda convencional. Si tiene alguna pregunta sobre los artículos expuestos, no dude en dirigirse a uno de los vendedores o al personal de la tienda. Estarán encantados de facilitarle toda la información de que dispongan sobre cualquier objeto de su interés.
La mayoría de las veces, al llegar a Antiquités Le Village, se sabe que se está en el lugar adecuado, ya que los objetos se desparraman por la entrada principal y las exposiciones comienzan justo en el exterior. Es un espectáculo fantástico. Los visitantes encontrarán instrumentos musicales, muebles antiguos y retro, juguetes de época de los años 50, 60 y 70, relojes, lámparas, estatuas, carteles, obras de arte, tallas, recuerdos de películas, vajillas e incluso algún que otro vehículo de época.
Si los compradores necesitan unos momentos para deleitarse con la nostalgia que inspira un paseo por Antiquités Le Village, por suerte hay una cafetería en las instalaciones. Con unos precios tan razonables y un amplio aparcamiento, lo difícil es no llevarse a casa todos los objetos que le llamen la atención.
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